Agencias de Estados Unidos aprovechan las bases de datos de licencias de conducir para usar reconocimiento facial

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Documentos exponen que tanto el FBI como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas habrían usado este procedimiento incluso en delitos menores.


El Buró Federal de Investigaciones​ y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (FBI y ICE por sus siglas en inglés) estarían usando las bases de datos de licencias de conducir de distintos estados de Estados Unidos como fuente para implementar sus herramientas de reconocimiento facial sin el conocimiento o consentimiento de millones de personas.

De acuerdo a la información solicitada por Centro de Privacidad y Tecnología de Georgetown Law y recogida por  The Washington Post, funcionarios del FBI y ICE habrían acudido regularmente- e incluso dos veces al día- a los registros de vehículos locales para realizar búsquedas utilizando el controvertido sistema.

Así, estos funcionarios habrían escaneado las fotos de las licencias de conducir de millones de personas sin considerar si estaban vinculadas o no a algún delito. Todo sin su aprobación y muchas veces sin seguir procedimientos judiciales adecuados, ya que desde The Washington Post indican que "las búsquedas a menudo se ejecutan con nada más formal que un correo electrónico de un agente federal a un contacto local".

En ese sentido, si bien la policía siempre ha tenido acceso a métodos de identificación como huellas dactilares o el ADN de sospechosos criminales, el medio destaca que "los registros del Departamento de vehículos contienen las fotos de una gran mayoría de los residentes del estado, la mayoría de los cuales nunca han sido acusados de un delito".

Por otra parte, los documentos que destapan esta práctica revelarían que sería algo arraigado en estas entidades y que se vendría practicando desde hace bastante tiempo. Por ejemplo, según la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos, desde 2011 el FBI ha registrado más de 390 mil búsquedas de reconocimiento facial en bases de datos federales y locales, incluidas las bases de datos estatales del Departamento de vehículos.

En ese panorama, las entidades habrían empleado esta tecnología incluso para  localizar a los sospechosos en delitos de bajo nivel, como robo o cobro de un cheque robado.

Las herramientas de reconocimiento facial han estado en el foco de la polémica durante el último tiempo, principalmente por sus implicancias para la privacidad, márgenes de error y su predisposición hacia ciertos grupos de personas. Por lo que su uso regular por parte de entidades de un gobierno no deja de ser preocupante.

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