Game of Thrones: Los botines de guerra

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De atrás pica la "madre de los dragones" en el más reciente episodio de la serie de HBO.


Spoilers a continuación.

El cuarto episodio de la séptima temporada de Game of Thrones venía precedido por la inesperada derrota a la que se vieron enfrentadas las fuerzas de Daenerys Targaryen.

A pesar de que la temporada anterior terminó con la "rompedora de cadenas" enfilándose victoriosamente hacia Westeros, los tres primeros episodios fueron poco a poco desequilibrando el balance que aparentemente tenía a su favor.

No solo perdió los buques de los Greyjoy, sino que mientras preparaba su ofensiva, un contraataque certero la dejó sin el apoyo de las serpientes de Dorne, mató el valioso apoyo de los Tyrell y dejó a parte de su ejército encerrado en el hogar original de los Lannister.

Sin aliados, con Cersei recomponiéndose para demostrar que el juego por el trono de hierro aún no ha terminado, el más reciente episodio titulado como "Los botines de guerra" se vislumbraba como la hora de la verdad para Daenerys.

Todo esto en base a una pregunta que ha venido dando vueltas: ¿Escucharía las voces racionales de sus consejeros que son meras ovejas o sería el dragón que pondrá en su lugar a aquellos que la sorprendieron para adueñarse del oro y los tesoros de Altojardín?

Sé un dragón, no una oveja

Con las fuerzas de los Lannister retornando hacia Westeros tras eliminar a la última cabeza de los Tyrell, y garantizando los dineros de Altojardín para pagar al Banco de Hierro, el capítulo se centró en las disyuntivas de Daenerys.

Por un lado, la reina conoce los depósitos de vidriagón que están en los cimientos de Roca Dragón. También constata las señales que dejaron los Hijos del Bosque sobre la amenaza de los muertos vivientes, lo que le sirve para zanjar sus condiciones para concretar la alianza con Jon Snow.

Por otro lado, la "madre de los dragones" también es informada sobre el alcance de su derrota, culpando a la estrategia de Tyrion y su "plan correcto" de no tomar la ofensiva total.

El problema es que también le dejan en claro, una vez más, que derretir castillos y atacar ciudades con bestias aladas la convertirán en una más de los regentes que el pueblo ha rechazado por décadas.

Y con eso en cuenta, los últimos 20 minutos del episodio nos permiten constatar el poderío de Daenerys.

Quizás sus enemigos la sorprendieron, quizás sus principales aliados en Westeros fueron rápidamente eliminados, pero la reina llega a una resolución: no seguirá jugando con los planes ingeniosos. De su lado hay verdaderas bestias.

El terror alado que causa pesadillas en Westeros no tiene oposición

Lo que viene a continuación es un ataque directo contra las fuerzas de los Lannisters lideradas por Jaime y que intentaban retornar a Desembarco del Rey.

En ese escenario, y apelando a la sorpresa, Daenerys y sus guerreros Dothraki dejan sin opción a sus enemigos, quienes intentan aguantar la línea solo para ser apabullados, calcinados y reducidos a cenizas.

Utilizando una buena coreografía en el campo de guerra, junto a cortes de edición que rememoran a Corazón Valiente, la primera gran batalla de la temporada está muy bien armada en términos de lo que sucede en tierra.

Pero los realizadores de la serie también lograron su objetivo mayor: elevar la tensión en el primer despliegue de los dragones sobre Westeros. Algo que se venía prometiendo desde el final de la primera temporada.

Uno de los puntos fuertes del episodio radica en el hecho de que Jaime, Bronn y Daenerys tienen sus respectivos momentos de gloria durante el gran combate, con el clímax centrándose en el inevitable enfrentamiento entre los líderes de ambos bandos.

Y precisamente el cierre, los últimos segundos del capítulo que intentan dejar la duda sobre el destino del manco, convierte a este episodio en el mejor de lo que va la temporada.

En definitiva, todo apunta a que la última duda que intentan dejar solo es un enganche, un clásico cliffhanger. Yo al menos tengo claro que aún queda mucho más Jaime. Tiene deudas pendientes. Los Lannister nunca se van sin pagarlas.

El retorno de la Stark restante

El otro punto del episodio, tal como viene siendo tendencia, involucra a los Stark en Invernalia. Aunque el desarrollo de Bran tiene más foco, y finalmente nos dejan en claro que algo de él murió en la cueva, inevitablemente lo más destacado implica el retorno de Arya a su redil.

Pero tal como sucedió con Bran, Sansa queda en shock al constatar los cambios que experimentó Arya. Claro que esta no solo concreta el reencuentro con sus hermanos, sino que también con Brienne, la mujer que prometió proteger a las hijas de la matriarca de la familia y que logró derrotar al Perro. Uno de los nombres de su lista.

Además, otro punto interesante del episodio radica en el hecho de que aquella que no tuvo nombre pone a prueba su nivel de batalla enfrentando a la propia Brienne, demostrando de paso de que realmente es capaz de tachar todos los nombres que están en su lista de enemigos a los que debe asesinar. Y todo indica que antes del final de la temporada, habrá un avance al respecto.

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