Dragon Ball Super: El Torneo de Fuerza nos entrega una verdadera sorpresa

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La batalla entre Goku y Jiren se resolvió de una forma que nadie, absolutamente nadie esperaba.


Spoilers a continuación.

Tal como se pronosticaba, el episodio 130 de Dragon Ball Super centró toda su historia en el clímax de la batalla entre Goku y Jiren, con el saiyayin demostrando que su Doctrina Egoísta le permitía sobrepasar el nivel del poderoso guerrero del universo 11.

Completamente platinado, Goku finalmente dominó su nuevo nivel. Doblegando ataques, esquivándolos sin problemas, el saiyajin supera a su rival con una ráfaga de puñetazos que sobrepasó a Jiren en un nivel que francamente también podría ser definido como una absoluta y total paliza.

Pero claro, aún Jiren tenía una última carta sorpresa.

Expandiendo su poder, quemando literalmente la plataforma debido a la intensidad de su ki, Jiren desata un nuevo poderoso estado. Si bien Goku relucía de color plateado, Jiren comienza a resplandecer con un rojo intenso que transforma todo en una especie de infierno.

En ese momento no queda otra más que recordar las reglas de la pelea, las cuales eran bastante claras: no había que aniquilar a los rivales, no era necesario dejarlos fuera de combate o superarlos completamente en su poder. Simplemente bastaba con sacarlos de la plataforma. Y un Goku completamente sorprendido, responde un súper ataque de Jiren con un Kame Hame Ha que es completamente inefectivo.

Aunque Jiren inevitablemente fue sobrepasado por las ráfagas de ataque del saiyajin, el guerrero de las Tropas del Orgullo se las ingenió para demostrar que aún tenía un poco de poder adicional. Sobrepasando sus propios límites, Jiren aparentemente reclama la victoria con un ataque tipo bomba atómica que arrasa con todo, incluido Goku.

Pero claro, nunca digas nunca en lo que respecta al saiyajin, quien sobrevive y sigue batallando aún cuando todo parecía perdido. Goku se levanta una última vez y se prepara para un ataque final, con un Jiren definiéndolo como un engreído que simplemente no sabe cuándo bajar los brazos.

A partir de ahí, el saiyajin lanza un ataque devastador que deja a Jiren casi fuera de órbita, al borde de la derrota, luego de que ambos debaten sobre el valor de creer en otros en contraste a solo pelear por la justicia de la victoria personal.

Pero cuando el saiyajin se prepara para dar el golpe definitivo, su uso de la Doctrina Egoísta lo deja sin opción alguna. Goku queda fuera de combate mientras expulsa oscuras ráfagas de poder que lo inmovilizan. De ahí que Jiren aprovecha la instancia, pese a estar casi derrotado, para lanzarlo lejos.

Y ahí sucede lo impensado, en un cierre que no avanza por la ruta que habían adelantado las sinopsis de los últimos episodios.

El ataque de Jiren contra Goku deja sin palabras  a los miembros del Universo 7, los mismos que no pudieron sino bajar los brazos ante lo que parecía la caída de su última esperanza. Pero no solo Goku queda aún en competencia al quedar postrado sobre una plataforma, sino que también Jiren recibe de vuelta un ataque sorpresa.

Claro que ese golpe no solo presenta de vuelta nuevamente a Freezer, convertido en su forma dorada y que se mantenía aún como participante de la pelea, sino que también saca debajo de la manga otra carta más: el androide número 17, que no murió como se había dado a entender previamente.

Así, cuando ya no queda casi nada para el final, Jiren vuelve a estar en desventaja. Tres guerreros del universo 7 siguen en competencia y el cierre del torneo de fuerza no será como se pensaba a partir de los spoilers de sus sinopsis. Los que creíamos que esto terminaría de forma previsible, recibimos una grata sorpresa.

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