El Catan: Game of Thrones es una mezcla que resiste hasta el invierno

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El juego de mesa que revolucionó el mercado se viste de blanco y llega con una nueva edición que podría ser un nuevo punto de entrada para el vicio


Hablar de Los Colonos de Catan y de Game of Thrones por separado, ya es hablar de dos grandes e indudables historias de éxito. Por un lado tenemos al juego de mesa moderno más popular e influyente del mundo, vendiendo más de 20 millones de unidades desde su lanzamiento en el año 1995. Y por el otro lado, al mundo de George R.R. Martin, cuyas novelas lo convirtieron en un superventas que aumentó aun más su popularidad gracias a la serie de HBO.

Así que ver a ambas marcas juntas en un solo producto no podría significar más que un éxito rotundo. Pero hay varias formas de hacerlo. Está la ruta fácil y floja que simplemente llega para cambiar un par de diseños, adaptar algunos nombres y colocar un gran logo en la portada para sentarse y esperar a que llegue el dinero. O bien, tal como hizo Fantasy Flight Games, la diseñadora del juego que en español distribuye Devir, darle un giro a la fórmula del juego y entregar una experiencia nueva que introduzca la cantidad suficiente de innovación para sentir que se juega algo nuevo pero que tampoco aleje a quienes ya les gusta el juego.

Y así es como nace Catan: Juego de Tronos - La Hermandad de la Guardia, un título que puede considerarse como un excelente juego de entrada para nuevos fanáticos de los juegos de mesa, como para quienes son seguidores de la serie o de los libros y que han comenzado a sentir curiosidad por el creciente mundo del juego de mesa.

Catan: Juego de Tronos es prácticamente dos juegos en uno. Con lo que incluye su gran caja se puede jugar tanto el Catan clásico como la versión con reglas nuevas y mejoradas, que si me preguntan a mi, es la forma en la que se tiene que jugar este título, pero para efectos de principiantes o personas que quieran familiarizarse con las reglas, es bueno poder contar en un mismo set con los elementos para jugar la versión limpia y original. Eso sí, hay que considerar que esta versión no es compatible con las expansiones tradicionales, por los tamaños de las cartas y las losetas que vienen totalmente renovadas. Yo creo que la idea de Fantasy Flight, como siempre lo han hecho, es la de empezar a expandir su propia versión del juego.

Pero en favor de la compañía, debo decir que el nivel de producción y de los componentes que trae este Catan están increíbles, sobre todo en el trabajo de trasladar la estética original, basada en una isla desértica al mundo frío y blanco de Westeros. El tablero armado para una partida de 3 jugadores, por ejemplo, se ve un lujo en la mesa.

La idea de esta reseña no es ahondar mucho en las reglas del juego que a estas alturas ya son de dominio público, pero no viene mal recordar un poco. El Catan del Game of Thrones sigue siendo un juego para tres o cuatro jugadores en donde debemos crear poblados, caminos y fortalezas para conseguir recursos, intercambiar con nuestros amigos y traicionarnos cuando más duela. La mecánica de lanzar dados cada turno para ver qué es lo que se produce se sigue manteniendo y aunque a muchos les parezca demasiado azarosa, es una gran manera de mantener activos a todos los jugadores aun cuando no es su turno.

Mediante la construcción de caminos y poblados, el primer jugador que llegue a los 10 puntos de victoria, gana. Y eso, se sigue manteniendo como el objetivo central de la Hermandad de la Guardia.

¿Qué es lo que cambia entonces? En apariencia, es solo un montón de plástico, pero en realidad, son dos nuevos elementos que vienen directamente desde el mundo de Juego de Tronos para convertir a Catan en una experiencia renovada.

El primero de estos elementos es el muro.

Colocado en la parte superior del tablero, el muro es una sección de cuatro piezas de plástico que separan al Agasajo del Reino de los Salvajes que vienen a invadir el territorio del juego. La labor para evitar que estos salvajes hagan de las suyas será de todos los jugadores, incluyendo así una suerte de elemento semicooperativo que no nos debe alejar del objetivo central, ya que aunque haya colaboración para alejar a las bestias, sólo habrá un ganador en el juego.

Los salvajes están representados por esta serie de 40 figuras dispuestas a atacarnos con todo. Los gigantes tienen por objetivo matar a nuestros guardias, los escaladores a trepar el muro de manera directa y los guerreros a invadir el Agasajo, posicionándose en el tablero de manera similar a la de el ladrón, impidiendo así que ciertas casillas produzcan bienes, por lo que mantenerlos en su lado del muro es cosa seria.

Por si fuera poco, si en algún momento hay tres turnos en los que los guerreros traspasen el muro, el juego se acaba inmediatamente. Lo interesante de esto es que la aparición y avance de estos salvajes depende exclusivamente de lo que vayan haciendo los jugadores, ya que, por un lado, mientras más poblados y fortalezas construyan, más salvajes llegarán al campamento, pero también el avance de ellos radica en el lanzamiento de un dado de 12 caras que se añade al juego.

¿Y qué podemos hacer para defendernos? No es necesario llamar al Chapulín, sino que conocer a nuestros nuevos aliados en el juego: los guardias.

Los guardias son un nuevo tipo de construcción que puede hacerse Catan, costando tan sólo un ladrillo, una madera y una oveja. Los guardias no sólo son útiles porque le dan mayor utilidad a los lanudos animales que casi siempre terminan sobrando en nuestra mano, sino que además son una ruta alternativa para ganar más puntos de victoria. Si tenemos tres guardias en el muro ganamos un punto y si tenemos 5, ganamos 2, lo cual es motivación suficiente para ir pensando en gastar nuestras cartas en ellos.

Con un costo relativamente bajo y, reitero, volviendo a dar importancia a las ovejas, los guardias hacen que difícilmente te quedes sin hacer algo en tu turno, y además, puedes actuar con cierto nivel de manipulación, ya que tu decides en qué lugar del muro los vas a colocar. Puedes colocarlos para que protejan directamente a tus poblados o ser más estratégico e ir a los muros con más posibilidad de ser atacados.

Con estos elementos bastaría para estar hablando de una expansión sólida y entretenida para el juego, pero quizás el elemento más interesante y que cambia el ritmo del juego está en la inclusión de los 11 héroes.

Los héroes son cartas con habilidades especiales que rompen algunas de las reglas. Puedes robar materias primas, obligar intercambios, reducir los costos de construcciones, eliminar salvajes, intercambiar con el banco, y más. Cada jugador comienza con un héroe por defecto, pero luego deben irse intercambiando en un mazo común. El giro está en que cada habilidad puede usarse un máximo de dos veces, antes de tener que cambiar, obligatoriamente, tu héroe por uno del mazo, dejando el que ya tuviste disponibles para otros.

La inclusión de los héroes también ayuda a mejorar el flujo del juego, haciéndolo algo más dinámico y que no se alargue tanto. Es sin duda mi parte favorita de La Hermandad de la Guardia y ya puedo ver como la empresa podría ir sacando más héroes a cambio de nuestros recursos (reales).

Ahora bien, ni con todos los cambios de juego o estéticos, esta edición arregla algunos de los problemas que históricamente ha tenido Catán: los dados suelen ser extremadamente caprichosos y si no te posicionas bien al inicio de la partida, probablemente vayas a pasar una muy mala hora y media en tu vida. Además, la caja viene con dos libros de reglas que, en realidad, son bastante confusas sobre todo a la hora de aprender las reglas de la sección nueva del título.

Pero más allá de eso, y que cierta cultura snob de los jugadores de mesa experimentados vean con malos ojos al juego que quizás también los inició en el vicio, la fórmula de Catan sigue siendo tan inmortal como entretenida y la edición de Game of Thrones es prueba de ello. Imperdible para quienes quieran comenzar a iniciar una colección o para veteranos a los que nos les importe tener una versión que no sea compatible con las expansiones que ya tienen, pero que simplemente no pueden resistirse al encanto inviernista de la serie del momento.

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